22 sept 2012

Mi Camino de Santiago. Etapa 7. Lourenzá - Sambreixo de Parga


MI CAMINO DE SANTIAGO EN BICICLETA: LA RUTA NORTE (Bilbao-Santiago de Compostela)
1 al 8 de septiembre de 2012



DÍA 7.  Lourenzá – Sambreixo de Parga


Había que salir con tiempo, ya que el día se preveía largo, con cuestas duras. Dormí fantásticamente bien, y estuve peleándome y cogiendo mi primera sudad del día tratando de meter el saco de dormir en su funda. Hecho esto, la liturgia de guardar cada cosa en su sitio lleva tiempo, así que siempre se me hacen las 8 y media. Busqué un buen bar en Lourenzá para desayunar, con tostadas con mantequilla y mermelada, zumo de naranja y café con leche grande. Por cierto, un gran descubrimiento: los zumos “Pago”. A falta de zumo de naranja natural, son los zumos de naranja con menor gusto a prefabricado que he probado. ¡Muy buenos! Lástima que por aquí no los hay. Y, a todo esto, los problemas con la falta de apetito parecían haber desaparecido. ¡Bien!

Partimos de Lourenzá por una carretera en continua pendiente al 5,6% que dura 2,5 kilómetros. Llegados a un punto del alto, el Camino permite el discurrir de bicicletas, si bien los caminos son muy variables, habiendo de todo: zonas empedradas, caminos de grava, hojarasca, zonas con tierra… de todos modos, yo estaba disfrutando sin tener en cuenta el tiempo que empleaba, que era mucho.

La dificultad más grande del día estaba al salir de Mondoñedo. A partir de aquí, se preveía un puerto de 9 kilómetros con un desnivel de 450 metros (media del 5%), si bien era irregular, alternando descansos con rampas duras en las que me tenía que bajar. Iba mentalizado a pasar dos horas si hacía falta, estaba disfrutando del fenomenal día que hacía. Por lo demás, espectacular. Los paisajes, los sonidos del bosque, el escasísimo por no decir casi nulo tráfico, los saludos y las ayudas de los lugareños cuando les preguntabas (y a veces in hacerlo, cuando te veían despistado…).

El puerto se terminaba en un punto determinado para los caminantes, y para los ciclistas la guía recomendaba seguir por carretera hasta la intersección con la N-634, lo cual me procuró una propina de unos 2 o 3 kilómetros de puerto.

Por fin, acabada la dificultad montañosa más importante de la jornada, ya era cosa de dejarse llevar. Alternaba tramos por el Camino oficial para no perderme el “sabor” del  mismo con otros de carretera, sobre todo cuando veía una razonable bajada en rampa que me podía ahorrar entre medio y un kilómetro sin hacer esfuerzo. Comencé intentándolo, pero desistí al ver que iba a ser demasiado pesado.

Me acuerdo que en Gontán paré a comprar fruta ya que el día anterior me había apetecido mucho y podía ser un buen tentempié para aguantar la jornada. Bien, pues me compré un melón entero (no lo vendían por trozos), una pera, un melocotón y un Aquarius. Di buena cuenta de casi medio melón junto con el resto de la fruta. ¿Y ahora qué hago con el medio melón que me sobra? Pues como pesa mucho no podía llevarlo conmigo, así que decidí llevarlo hasta que encontrara a alguien haciendo el Camino a quien le pudiera venir bien. Así fue, en un pintoresco puente vi a dos chicas extranjeras con las que más o menos me hice entender (llevaba las frases pensadas: I can’t eat more, It’s too heavy to carry, It’s good!...) Las dejé pensando, una vez endosado el medio melón, y me fui.


EL DÍA EN CIFRAS:

TOTAL KILÓMETROS DÍA: 77,55

TIEMPO INVERTIDO (Sin contar paradas): 7 h.11’58”

VEL. MEDIA: 10,77 km/h  ¡Vaya desastre!

TIEMPO TOTAL INCLUYENDO PARADAS:  9 h. 50’

KILÓMETROS TOTALES: 613,3



















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