19 ene 2010

A vueltas con los riesgos de la banca en España

Empiezo a estar un poco cansado de tanto agorero; llevamos mucho tiempo ya oyendo que los bancos españoles se van a ir al garete; por unas cosas o por otras -recompra de activos, recapitalizaciones, emisiones de deuda con o sin aval del Estado, financiación del BCE...- trimestre tras trimestre los bancos publican cuentas, nos lo creamos o no, positivas, y a pesar de eso seguimos pensando que están con la soga al cuello.

En 2009, como digo, se han fortalecido, tienen mejor capital y solvencia, y, mucho o poco, presentan beneficios que mejoran aún su base de capital. La mora, es cierto, ha subido, pero creo que menos de lo que auguraban los agoreros. Y, lo más importante, parece controlada.

Probablemente pasarán dos o tres años hasta que las aguas vuelvan del todo a su cauce, pero no tengo dudas de que entonces seguirán los mismos bancos que existen hoy en España, bien independientemente o bien fusionados -los grandes no creo-.

Es mi opinión.

15 ene 2010

Generación capucha

Un día cualquiera. 9:30 de la mañana. Una calle cualquiera de Bilbao con su endémica estrechez; yo, parado de pie junto a mi moto, trato de aparcarla mientras un chico de no más de 20 años dentro de un Ibiza amarillo viene hacia mí, abandonando su carril y dando un quiebro para evitarme. Suena en su coche algo parecido a rumba rockera, por supuesto a un volumen muy alto. Tiene una capucha puesta. La ventanilla ligeramente bajada, para dejar escapar el humo de un porro que, insolentemente, se está fumando mientras conduce. Luego se aleja. Yo, perplejo, me pregunto por qué me tengo que jugar mi integridad física de una manera tan absurda. Por qué nadie está ahí para prenderle en ese mismo momento, para darle un buen escarmiento. Los integrantes de la generación capucha son jóvenes no sé si rebeldes (con causa o sin ella), marginados o qué. No sé por qué se tapan, si esa caperuza es un signo de distinción –mejor dicho, para distinguirse, ya que la distinción es otra cosa- o si son unos inadaptados sociales. Francamente, no me importa. Lo que sí sé es que de un tiempo a esta parte están proliferando. Pantalones caídos, mirada perdida, ausencia de iniciativa. Dejarse llevar. Quizás sea la ausencia de futuro.
Publicado en El Correo el 23/01/2010, sección "Enlace"