2 may 2022

La liberación del abandono

Leo en el libro que estoy leyendo algo sobre "la liberación del abandono", e inmediatamente mi cabeza me transporta a 1989 y a Cangas del Narcea, al bar "El edén", donde el simpático y joven camarero y presumiblemente dueño del negocio solía poner una película todas las noches, a eso de las diez o quizá algo más tarde.

Era una especie de refugio de cualquier exigente trajín o preocupación que te pudiera atenazar al final de la jornada, un lugar sin pretensiones (mesas con bancos corridos de escay rojo alineadas a lo largo de la barra, dejando un ancho pasillo en medio) y donde uno era recibido con una sonrisa.

El público normalmente se componía de pacíficas parejitas, currantes de la zona (mucho minero) y algún despistado desplazado como yo, ubicado en esa indefinida zona del pueblo que no era ni puramente céntrica ni extrarradio.

Las películas eran casi siempre del mismo estilo: americanas de los años 70 u 80, con persecuciones, coches, tiros y acción. Bastante ruidosas y con poco argumento en el que pensar. Evasión pura. Daba igual, sólo querías eso, un rato de distracción, de dejar volar tu mente mientras tomabas un gin-tonic y así luego poder volver a la infame habitación del humilde piso donde estabas "de patrona" con la engañosa sensación de que habías hecho algo especial y que, después de todo, esa vida no estaba tan mal. 

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